Entrevista: Jorge Félix Pullín
Entrevista a Jorge Luis Félix PullínAutor del libro
“Tocar con Maestría, cantar con alegría”Primer Libro editado y publicado por “LiCaRen”; dirigido a músicos de Dios de la RCCES
Celebramos el nacimiento de “LiCaRen”, nuestra editorial de la RCCES en México, citando las palabras de Monseñor Trino, impresas en la presentación de este libro:
“Tocar con Maestría, cantar con alegría”Primer Libro editado y publicado por “LiCaRen”; dirigido a músicos de Dios de la RCCES
Celebramos el nacimiento de “LiCaRen”, nuestra editorial de la RCCES en México, citando las palabras de Monseñor Trino, impresas en la presentación de este libro:
“Felicito al Equipo Pastoral Nacional por el esfuerzo editorial que inician con esta obra, y que con la ayuda de Cristo, Buen Pastor, permitirá frutos de santidad en todos aquellos que la tomarán en sus manos, con sincero deseo de servir a Dios y a sus hermanos.
Encomiendo a Santa María de Guadalupe, Reina de México, los trabajos que para Gloria del Padre, realizará esta editorial Nacional “LiCaRen” y que serán una valiosa aportación no sólo para nuestra Iglesia en México, sino a favor de la Renovación Carismática Católica, presente por la acción del Espíritu Santo en el mundo”.
Monseñor José Trinidad González Rodríguez;
Asistente Episcopal de la Renovación.
Encomiendo a Santa María de Guadalupe, Reina de México, los trabajos que para Gloria del Padre, realizará esta editorial Nacional “LiCaRen” y que serán una valiosa aportación no sólo para nuestra Iglesia en México, sino a favor de la Renovación Carismática Católica, presente por la acción del Espíritu Santo en el mundo”.
Monseñor José Trinidad González Rodríguez;
Asistente Episcopal de la Renovación.
Jorge, ¿hace cuánto tiempo que viviste tu encuentro con el Señor?
Lina, Conocí al Señor Jesús un 18 de Febrero de 1972, siendo estudiante en Guadalajara.
¿Cómo fue que el Señor te llamó a servir en los Ministerios de Canto y Música?
Bueno, la verdad es que el Señor me hizo entrar en el Ministerio “a fuerzas”. Lo único que yo tenía era afición por la música profana y en ese tiempo, yo empezaba a tocar la guitarra. Al quedar la Asamblea de Oración sin quien animara con cantos la oración, me pidieron que yo lo hiciera. Al principio di lástima, hacía muy mal mi servicio; pero de poco a poco fue el Señor Espíritu Santo enseñándome a hacer las cosas un poco mejor.
En los últimos años has viajado a diversas partes del país, participando con tus pláticas formativas en retiros para MCM; en estos viajes, ¿cuáles son las más importantes necesidades que has detectado en los MCM de nuestro país?
Los integrantes del Ministerio no tienen segura la visión de su servicio. La convicción de la importancia de su Ministerio, y la responsabilidad al compromiso que adquieren. Pero a medida que son fieles al servicio del Señor y profundizan en su vida espiritual, el Señor los capacita y ellos se comprometen. Últimamente he encontrado Ministerios de Canto y Música muy buenos; penetran en los misterios del Señor.
¿Cuáles dirías tú que son las fortalezas de los Ministerios de Canto y Música que has conocido?
La oración. Aprenden a ser hombres y mujeres fuertes en la oración. Servir con el canto y la música les abre las puertas del cielo; les moldea el carácter y aprenden a tener una relación con el Espíritu Santo muy íntima y segura. La fidelidad de servir hace que ellos sean mejores personas, y los hace sensibles a las mociones del Espíritu. Muchos coordinadores del MCM llegan a ser coordinadores de sus comunidades.
¿Cómo fue que elegiste los temas que incluyes en tu libro?
Como lo explico en la introducción, los temas se fueron dando poco a poco, con el paso del tiempo, compartiendo enseñanzas y experiencias con hermanos de otras ciudades. La apertura al Espíritu Santo hace que Él enseñe lo que le agrada al padre Celestial. El estudio y la meditación de la Palabra logran en uno la convicción de ser útil en la conversión de otros, en la relación personal y comunitaria con Jesucristo, en los misterios eucarísticos, etc.
Como testimonio te diré que hace mucho tiempo, fui invitado a dar un retiro en Oaxaca, y al terminar el mismo, se acercó una jovencita y me dijo: “Casi todo lo que nos enseñaste ya lo sabíamos". Me turbé un poco y le pregunté: ¿Quién se los enseñó? Nadie -me contestó-; solitos aprendimos. Fue el Espíritu Santo -le contesté-. Esto me recordó las palabras del Señor: “Él Espíritu Santo les recordará todo lo que les he enseñado”.
Es interesante descubrir la mano de Dios moldeando el MCM al paso de los 40 años de vida de la Renovación Carismática. ¿Qué nos puedes hablar al respecto?
De eso estoy seguro: los tiempos que hemos vivido no son nada comparado con lo que viene. Cuando nuestros Obispos y sacerdotes le den la verdadera importancia al canto y la música dentro y fuera del Templo, cuando en los seminarios se instruya a profundidad a los seminaristas en el canto y la música, los MCM serán otra cosa; ya que ellos son quienes deciden la vida de la Iglesia. Cuando el Clero encuentre qué hacer con los músicos católicos profesionales, la evangelización y la manifestación del Reino de Jesucristo darán más frutos.
¿Hacia dónde siente tu corazón que deberán dirigirse los Ministerios de Canto y Música de la Renovación en lo sucesivo, y ante la línea que nos invita a seguir el documento de Aparecida?
El documento de “Aparecida” es profético; el papel que le pide al laico también. El Señor está esperando la manifestación de los hijos de Dios. Estos serán tiempos gloriosos en que los músicos podrán ser herramienta importante en la Evangelización que viene. El Espíritu Santo está clamando: “Maranhata”.
En tu libro descubrimos la idea que plasmas de que los ministerios de música volteemos a ver la riqueza de la música sacra, y podamos enriquecer nuestros ministerios a partir de ella. ¿Qué puedes compartirnos al respecto?
No podemos dejar el pasado en el olvido; la riqueza musical que la Iglesia Católica tiene es algo que se debe rescatar, enseñar y poner al día en los MCM. Entre más conozco las enseñanzas de los Padres de la Iglesia sobre el papel del canto y la música en la vida de los creyentes, más me convenzo que esta herencia debe ser conocida. Creo que nuestro Papa Benedicto XVI sabe esto muy bien, y está sacudiendo las conciencias de quienes servimos en el canto y la música. No debemos tener miedo al respecto. Algunos músicos creen que el Papa quiere imponer el Canto Gregoriano. Yo no lo veo así, al contrario, me gustaría profundizar en él; pero, ¿quién nos lo va a enseñar? Cuando esto sea así, encontraremos el canto nuevo del que nos habla la escritura en los Salmos.
En la RCCES, una comunidad que busca ser carismática, necesitará de un Ministerio de Canto y Música carismático. ¿Qué recomiendas a los MCM que desean dar pasos en fe en este sentido?
Aprender a ser guiados por el Espíritu Santo. Seguir las mociones e inspiraciones del Espíritu Santo, manifestar los carismas que Él mismo nos da para bien común; es algo que debemos buscar y cultivar. Reglamentar la oración en nuestras Asambleas de oración no nos está ayudando en nada. Quienes actúan así, parecen tener miedo a ser dirigidos por el Espíritu Santo. Sí, con los años hemos aprendido a seguir algunos pasos propios, para un buen funcionamiento de nuestras Asambleas; pero no debemos controlar las oraciones. Hay que dejar a Dios…ser Dios.
Algunos ministerios manipulan la oración y buscan agradar a sus dirigentes; quieren quedar bien con ellos. Si un ministerio agrada al Señor antes que nada; si busca dar Gloria a Dios sobre todo, la santidad de los hermanos se manifestará en sus alabanza; y los dirigentes quedarán complacidos y se sentirán seguros de sus músicos.
¿Algo más que desees agregar?
Hermanos de los Ministerios de Canto y Música: Oren, Oren y oren. Lean y Compartan La palabra de Dios, vayan ante el Santísimo; vivan los Sacramentos y hagan caridad. También practiquen, no olviden que para el Señor: “Lo mejor de nuestro canto y música”. Qué todo sea haga para dar la Gloria a Dios. Deseo y pido que los ángeles de Dios les ayuden en su servicio, ellos saben bien cómo hacer este servicio. Bendiciones del Altísimo para todos.
Ah, ¿y se han preguntado cómo María le cantaba a Jesucristo? Ella es toda una maestra en esto.
Lina, Conocí al Señor Jesús un 18 de Febrero de 1972, siendo estudiante en Guadalajara.
¿Cómo fue que el Señor te llamó a servir en los Ministerios de Canto y Música?
Bueno, la verdad es que el Señor me hizo entrar en el Ministerio “a fuerzas”. Lo único que yo tenía era afición por la música profana y en ese tiempo, yo empezaba a tocar la guitarra. Al quedar la Asamblea de Oración sin quien animara con cantos la oración, me pidieron que yo lo hiciera. Al principio di lástima, hacía muy mal mi servicio; pero de poco a poco fue el Señor Espíritu Santo enseñándome a hacer las cosas un poco mejor.
En los últimos años has viajado a diversas partes del país, participando con tus pláticas formativas en retiros para MCM; en estos viajes, ¿cuáles son las más importantes necesidades que has detectado en los MCM de nuestro país?
Los integrantes del Ministerio no tienen segura la visión de su servicio. La convicción de la importancia de su Ministerio, y la responsabilidad al compromiso que adquieren. Pero a medida que son fieles al servicio del Señor y profundizan en su vida espiritual, el Señor los capacita y ellos se comprometen. Últimamente he encontrado Ministerios de Canto y Música muy buenos; penetran en los misterios del Señor.
¿Cuáles dirías tú que son las fortalezas de los Ministerios de Canto y Música que has conocido?
La oración. Aprenden a ser hombres y mujeres fuertes en la oración. Servir con el canto y la música les abre las puertas del cielo; les moldea el carácter y aprenden a tener una relación con el Espíritu Santo muy íntima y segura. La fidelidad de servir hace que ellos sean mejores personas, y los hace sensibles a las mociones del Espíritu. Muchos coordinadores del MCM llegan a ser coordinadores de sus comunidades.
¿Cómo fue que elegiste los temas que incluyes en tu libro?
Como lo explico en la introducción, los temas se fueron dando poco a poco, con el paso del tiempo, compartiendo enseñanzas y experiencias con hermanos de otras ciudades. La apertura al Espíritu Santo hace que Él enseñe lo que le agrada al padre Celestial. El estudio y la meditación de la Palabra logran en uno la convicción de ser útil en la conversión de otros, en la relación personal y comunitaria con Jesucristo, en los misterios eucarísticos, etc.
Como testimonio te diré que hace mucho tiempo, fui invitado a dar un retiro en Oaxaca, y al terminar el mismo, se acercó una jovencita y me dijo: “Casi todo lo que nos enseñaste ya lo sabíamos". Me turbé un poco y le pregunté: ¿Quién se los enseñó? Nadie -me contestó-; solitos aprendimos. Fue el Espíritu Santo -le contesté-. Esto me recordó las palabras del Señor: “Él Espíritu Santo les recordará todo lo que les he enseñado”.
Es interesante descubrir la mano de Dios moldeando el MCM al paso de los 40 años de vida de la Renovación Carismática. ¿Qué nos puedes hablar al respecto?
De eso estoy seguro: los tiempos que hemos vivido no son nada comparado con lo que viene. Cuando nuestros Obispos y sacerdotes le den la verdadera importancia al canto y la música dentro y fuera del Templo, cuando en los seminarios se instruya a profundidad a los seminaristas en el canto y la música, los MCM serán otra cosa; ya que ellos son quienes deciden la vida de la Iglesia. Cuando el Clero encuentre qué hacer con los músicos católicos profesionales, la evangelización y la manifestación del Reino de Jesucristo darán más frutos.
¿Hacia dónde siente tu corazón que deberán dirigirse los Ministerios de Canto y Música de la Renovación en lo sucesivo, y ante la línea que nos invita a seguir el documento de Aparecida?
El documento de “Aparecida” es profético; el papel que le pide al laico también. El Señor está esperando la manifestación de los hijos de Dios. Estos serán tiempos gloriosos en que los músicos podrán ser herramienta importante en la Evangelización que viene. El Espíritu Santo está clamando: “Maranhata”.
En tu libro descubrimos la idea que plasmas de que los ministerios de música volteemos a ver la riqueza de la música sacra, y podamos enriquecer nuestros ministerios a partir de ella. ¿Qué puedes compartirnos al respecto?
No podemos dejar el pasado en el olvido; la riqueza musical que la Iglesia Católica tiene es algo que se debe rescatar, enseñar y poner al día en los MCM. Entre más conozco las enseñanzas de los Padres de la Iglesia sobre el papel del canto y la música en la vida de los creyentes, más me convenzo que esta herencia debe ser conocida. Creo que nuestro Papa Benedicto XVI sabe esto muy bien, y está sacudiendo las conciencias de quienes servimos en el canto y la música. No debemos tener miedo al respecto. Algunos músicos creen que el Papa quiere imponer el Canto Gregoriano. Yo no lo veo así, al contrario, me gustaría profundizar en él; pero, ¿quién nos lo va a enseñar? Cuando esto sea así, encontraremos el canto nuevo del que nos habla la escritura en los Salmos.
En la RCCES, una comunidad que busca ser carismática, necesitará de un Ministerio de Canto y Música carismático. ¿Qué recomiendas a los MCM que desean dar pasos en fe en este sentido?
Aprender a ser guiados por el Espíritu Santo. Seguir las mociones e inspiraciones del Espíritu Santo, manifestar los carismas que Él mismo nos da para bien común; es algo que debemos buscar y cultivar. Reglamentar la oración en nuestras Asambleas de oración no nos está ayudando en nada. Quienes actúan así, parecen tener miedo a ser dirigidos por el Espíritu Santo. Sí, con los años hemos aprendido a seguir algunos pasos propios, para un buen funcionamiento de nuestras Asambleas; pero no debemos controlar las oraciones. Hay que dejar a Dios…ser Dios.
Algunos ministerios manipulan la oración y buscan agradar a sus dirigentes; quieren quedar bien con ellos. Si un ministerio agrada al Señor antes que nada; si busca dar Gloria a Dios sobre todo, la santidad de los hermanos se manifestará en sus alabanza; y los dirigentes quedarán complacidos y se sentirán seguros de sus músicos.
¿Algo más que desees agregar?
Hermanos de los Ministerios de Canto y Música: Oren, Oren y oren. Lean y Compartan La palabra de Dios, vayan ante el Santísimo; vivan los Sacramentos y hagan caridad. También practiquen, no olviden que para el Señor: “Lo mejor de nuestro canto y música”. Qué todo sea haga para dar la Gloria a Dios. Deseo y pido que los ángeles de Dios les ayuden en su servicio, ellos saben bien cómo hacer este servicio. Bendiciones del Altísimo para todos.
Ah, ¿y se han preguntado cómo María le cantaba a Jesucristo? Ella es toda una maestra en esto.
